El nuevo proyecto inmobiliario que se está llevando a cabo en Austin (Texas) será el mayor conjunto de viviendas impresas que existe en el mundo. Constará de cien casas de una sola planta que se construirán in situ, con impresoras 3D cargadas con un material a base de hormigón (lavacrete). Las obras comenzaron el mes pasado y su inauguración está prevista para el año que viene.
El diseño de las casas ha contado con la colaboración con el estudio de arquitectura danés Bjarke Ingels Group. Los responsables de llevarlo a cabo son la empresa de construcción Lennar y la tecnológica ICON, que actualmente está colaborando con la NASA en el Proyecto Olympus, destinado a la construcción de una base en la luna con impresoras 3D a partir de polvo lunar.
Los defensores del uso de esta tecnología en el sector afirman que se ahorran tiempo y costes (en parte, porque requiere menos mano de obra) y se reducen los residuos y las emisiones (en parte, porque se puede construir sin encofrado). Los detractores, por su parte, indican que la impresión en 3D sigue dependiendo de un material no renovable y que tanto la seguridad como la estabilidad de las estructuras no están contempladas de manera específica en los actuales códigos de construcción.