El actor y presentador Arturo Valls presentó recientemente una demanda contra la líder de Vox en Madrid, Rocío Monasterio, por irregularidades en la ejecución de una obra para que la que contrató a su estudio de arquitectura, con el objeto de de convertir en vivienda un local comercial.
Según afirma el diario EL PAÍS, cuando Valls contactó con el estudio de Monasterio en 2005, la actual líder del partido de ultraderecha ya se presentaba como arquitecta, a pesar de que no obtuvo el título hasta 2009. El mencionado diario nacional también señala que en el expediente municipal del inmueble consta que las obras de reforma del local se llevaron a cabo sin la licencia correspondiente. Al parecer, la líder de Vox envió una solicitud inicial y luego simplemente se desentendió del proceso. El caso es que se debería haber cambiado la calificación del local y parece que nadie lo hizo. La arquitecta, en este aspecto, se lava las manos y elude toda responsabilidad.
Para justificar su negligencia, Monasterio contestó a la demanda presentada por Valls, a través de Twitter, donde se refirió a Valls como “un progre” que envió a su representante a comprar un local comercial a nombre de una sociedad: “Se evita el ITP, recupera el IVA, se desgrava el coste de la obra, y lo alquila a terceros durante años, pero resulta que quería una vivienda… y 15 años más tarde, ¡ahora caigo!”, indicó, no exenta de ironía.
Este es el noveno caso de irregularidades urbanísticas revelado por EL PAÍS que salpica a Monasterio y su marido, Iván Espinosa de los Monteros, portavoz de Vox en el Congreso y promotor inmobiliario. Es uno de los muchos que se dan en el día a día, pero que no tienen repercusión mediática porque las personas afectadas no tienen la relevancia requerida para ocupar un espacio de noticias de un periódico cualquiera.
FUENTE: Huffington Post.