Después del gran avance que supuso la implantación de los led, la industria luminotécnica está trabajando en la optimización de soluciones sustentadas en tecnología oled, es decir, de diodo orgánico de emisión de luz. Esta consiste en un diodo basado en una capa electroluminiscente que está formada por una película de componentes orgánicos que reaccionan a un determinado estimulo eléctrico y emiten luz.
Fueron André Bernanose (Nancy, Francia, 1912–2002) y su equipo quienes iniciaron esta tecnología en 1950, al lograr producir electroluminiscencia en materiales orgánicos.
Casi treinta años después, en 1977, apareció un artículo de Hideki Shirakawa (Tokio, 1936) en la revista Journal of the Chemical Society, anunciando el descubrimiento de alta conductividad en poliacetileno dopado con yodo. Shirakawa también recibió el Nobel de Química en el año 2000, junto con Alan MacDiarmid, por descubrir la conductividad en polímeros orgánicos, dando lugar a varios sistemas compatibles con la tecnología oled.
Posibilidades de la luz oled
La posibilidad de combinar materiales orgánicos e inorgánicos ( sistemas de iluminación híbridos) presenta un futuro infinito de soluciones en las que pueden intervenir emisores ya comercializados, en sus muy diversos modelos, para obtener: distintas gamas de colores, posibilidad de selección de frecuencias de energías visibles para conseguir efectos que satisfagan la iluminación más exigente, proyección del haz luminoso, ajuste y aprovechamiento del flujo luminoso de acuerdo a los objetivos luminotécnicos deseados, etc.
Para la reproducción de gamas lumínicas, la tecnología led precisa un soporte o pantalla situado en alguna parte posterior o lateral del panel que ilumina (LCD o televisores led, por ejemplo). El sistema oled, sin embargo, no requiere un panel de reflexión luminosa para proyectar la imagen. Los propios diodos son la luz y, por tanto, no necesitan un soporte que proyecte la energía visual que producen para la formación de imágenes.
El campo infinito que se abre con las posibilidades de la tecnología oled multiplicará las formas en las que se pueden observar imágenes. Además, reducirá los costes de las materias primas y mejorará los niveles de optimización de los consumos.
Con el sistema oled estamos en el inicio de una nueva carrera de elaboración de propuestas para la iluminación y la imagen reproducida, en la investigación de productos que se ajustarán con mayor precisión a las capacidades de recepción y percepción de nuestro sistema visual, en función las particularidades de la naturaleza, el uso del medio y de los objetos que nos rodean.
En los pocos años que lleva en el mercado, la tecnología oled ya ha superado al sistema de plasma LCD (cristal líquido) porque produce imágenes con más definición, aún en presencia de luz solar. En Latinoamérica y África, ya desde 2019, está teniendo una introducción importante, sobre todo, para acabar sustituyendo los televisores de rayos catódicos y otras múltiples aplicaciones.
A pesar del futuro de posibilidades infinitas que abre el mecanismo productor y emisor de luz, para aprovechar esta tecnología al máximo aún quedarían dos factores principales por resolver, si lo que se quiere es alcanzar el adecuado aprovechamiento de la energía consumida y la optimización del uso de los lúmenes utilizados:
- La disponibilidad en el mercado de aparatos idóneos para optimizar la luz (aprovechamiento y reflexión), con las cualidades de presentación, durabilidad e imagen óptica propias de estos aparatos.
- La solución o modo de integración espacial que cada proyectista decida para el cumplimiento de los objetivos marcados, buscando las armonías espaciales que van a ser observadas por las personas.