La Unión Europea implementará, a partir de 2030, unos estándares mínimos de sostenibilidad y eficiencia energética que deberán aplicarse a todas las viviendas. De lo contrario, se prohibirá su venta o alquiler.
La propuesta aún está pendiente de aprobación y su objetivo es transformar el actual parque inmobiliario en inmuebles descarbonizados y energéticamente eficientes antes del año 2050. Se trata de una medida que parte de la Directiva Europea de Eficiencia Energética de la Edificación para reforzar el compromiso europeo con la sostenibilidad en el sector residencial. Todos los Estados miembros de la UE habrán de adaptarla a sus legislaciones en un plazo de dos años.
Así, a partir de 2030, todos los edificios con una calificación «F» o «G» deberán realizar las reformas necesarias para elevar su eficiencia, al menos, a una calificación «E». La normativa se endurecerá progresivamente, con unos plazos claramente establecidos para los propietarios. En 2033, la calificación mínima se elevará a «D» y para 2040, se exigirá un consumo energético máximo de «B». Los propietarios de inmuebles que actualmente no cumplan con estos requisitos tendrán, por tanto, un plazo de cinco años para realizar las reformas necesarias con las que adaptar sus viviendas a las nuevas exigencias de la UE.