A pesar de que la construcción solo tuvo que parar su actividad durante dos semanas, se están dejando notar los efectos de la pandemia, con alrededor de un 11% de las empresas del sector en situación de morosidad. Además, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística, 68 constructoras fueron liquidadas en abril, una cifra que equivale al 17% de todas las empresas que cesaron su actividad durante ese mes, lo que sitúa a la construcción como el segundo sector más afectado, solo por detrás del comercio, donde hubo 80 cierres.
Las constructoras claman consenso político para invertir en infraestructuras. Según Pierre Lemarquier, director de Operaciones de Pouey International, «permitir que las empresas que se encontraban realizando obras quiebren, implica altos costes para reanudar las obras y mayores retrasos en su culminación». Por otro lado, en palabras de Juan Lazcano, presidente de la Confederación Nacional de Construcción (CNC): «Solo saldremos de esta con una inversión masiva en infraestructuras».
En este sentido, el sector pide al Gobierno y la oposición que acuerden el desarrollo de un plan de reestructuración y que aprueben unos presupuestos que impulsen la inversión en infraestructuras. Durante la cumbre empresarial celebrada por la CEOE, Lazcano también hizo un llamamiento a las instituciones públicas para recuperar la colaboración público-privada en la financiación de los proyectos de construcción. «No podemos seguir rehuyendo el debate sobre la necesidad de reducir la carga que los ciudadanos soportan para financiar sus infraestructuras», defendía Lazcano. Y en la misma linea se pronunciaba el presidente de Sacyr, Manuel Manrique, al señalar que «la colaboración público-privada va a ser el motor de la reconstrucción».
(Fuente: www.bolsamania.com).