El K-Briq produce sólo una décima parte de las emisiones de CO2 de un ladrillo cocido tradicional y utiliza menos de una décima parte de energía durante su fabricación.
Se trata del primer ladrillo reciclado del mundo, hecho con un 90% de residuos de construcción y demolición, y es el producto de la investigación de la Universidad Heriot-Watt (Reino Unido) -que ha sido preseleccionada en los prestigiosos premios Times Higher Education Awards 2020, que son los Oscar de la educación superior-.
Mientras los ladrillos de arcilla tardan de 10 a 40 horas en producirse, las K-Briqs no se cocinan, por lo que sólo tardan de 2 a 3 minutos en fabricarse, al tiempo que proporcionan a la industria de la construcción el doble de propiedades de aislamiento y una mayor eficiencia energética en comparación con un ladrillo tradicional.
Los fabrica la empresa derivada Kenoteq, cuyo Director General, el Dr. Sam Chapman, afirma que el K-Briq es producto del «trabajo incansable de nuestro equipo interdisciplinario de ingenieros civiles, estructurales, químicos y mecánicos, arquitectos, químicos y geólogos, que han colaborado durante más de una década para llevarlo al mercado. Se ha requerido una comprensión profunda de todos los materiales constituyentes, sus propiedades individuales y su comportamiento combinado para poder ofrecer esta innovación, mientras que probar un material de construcción tan nuevo e innovador ha sido un desafío».