Los devastadores incendios que sufre California estos días han arrasado más de 16.000 hectáreas y dañado más de 12.300 estructuras, con unas pérdidas económicas calculadas en hasta 150.000 millones de dólares. Y lo más trágico, al menos 24 personas han fallecido por este motivo.
Además de las prolongadas sequías y las temperaturas extremas, existen otros factores que han contribuido a agravar el alcance de la tragedia. Comunidades enteras han quedado reducidas a cenizas y muchas familias lo han perdido todo. A pesar de que los incendios son habituales en este Estado, no se han tomado medidas para construir viviendas que resistan mejor este tipo de fenómenos.
La mayoría de las casas que fueron afectadas por el fuego estaban construidas con estructuras de madera, un material que alimenta al fuego. Una alternativa sería el hormigón, por su baja conductividad térmica y su capacidad para soportar altas temperaturas durante periodos de tiempo prolongados sin perder su capacidad estructural. En cualquier caso, podría recurrirse al uso de cualquier otro material con propiedades ignífugas.
En palabras de un experto local: “No podemos detener los incendios, pero sí podemos construir hogares más preparados para resistirlos. Es hora de repensar cómo y con qué construimos nuestras comunidades”.
FUENTE: merca2.es