El grito ¡ALTRI NON¡ ya forma parte del lenguaje cotidiano de la vida activa y pasiva de Galicia, impulsado por la iniciativa del movimiento popular espontáneo de las tierras de Ulloa que conforma la plataforma ULLOA VIVA.
Un sentir general se opone a la implantación de la macrofábrica GreenFiber en el municipio lucense de Palas de Rey. El denominado Proyecto Gama, que alardea maliciosamente de ser un ejemplo de ecología y economía circular, es una iniciativa perversa de la multinacional portuguesa Altri y la gallega Greenalia. Su objetivo es la producción de lyocel y otros productos obtenidos a partir de celulosa, para proveer a mercados de distintas partes del mundo. A pesar de que ya existen otros modos de producción más respetuosos, la factoría prevé servirse de grandes cantidades de eucalipto como materia prima, procesándola con peligrosos aditivos que contaminarán el agua, la tierra y el aire de una zona indeterminada.
El lugar en el que planean implantarla es un territorio especialmente sensible, porque alberga vegetación única en el mundo y por sus particularidades histórico-artísticas y monumentales, con arquitecturas de nobleza y calidad artesanal ejemplares. Todo ello, sin olvidar que se encuentra junto al Camino de Santiago, declarado Patrimonio Mundial por la Unesco. De llegar a materializarse, este proyecto afectaría de manera importante al medioambiente, la economía y la salud de los habitantes de las zonas afectadas. Una vez más, asistimos a un total desprecio por la vida local, en beneficio de intereses particulares disfrazados de intereses generales y plagados de falsedades.
![](https://www.arquintro.com/wp-content/uploads/2024/12/Camino-de-Santiago-Altri-arquintro-576x1024.jpg)
Este mojón se encuentra situado en el tramo de construcción romana conservado en el Camino de Santiago, a la entrada de la aldea medieval de Laboeiro, próxima al solar previsto para la implantación de la macrofábrica de derivados de la celulosa de Altri y Greenalia.
No solo la población espontánea se ha manifestado en contra de este proyecto. También han mostrado su rechazo al mismo, con argumentos científicos documentados, numerosos expertos de distintas disciplinas (biólogos, galenos, profesionales de las artes plásticas, el patrimonio, la edificación, la ordenación territorial, la ecología…). Además, estas opiniones no proceden únicamente de fuentes autonómicas o estatales: más de cincuenta organizaciones ambientales no gubernamentales de todo el mundo, integradas en la Environmental Paper Network, han pedido su paralización a la Xunta de Galicia y al Ministerio de Transición Ecológica e Industria, por las graves consecuencias que acarrearía su puesta en marcha.
Entre todas estas, destaca Coanopy Planet, la mayor consultora de la industria verde textil del mundo, que en una entrevista concedida a NòsDiario, manifestaba su oposición a cualquier planta que se sirva de la explotación forestal, cuando hoy en día ya no es necesario recurrir a la madera, pudiendo utilizar materiales reciclados.
Impacto medioambiental de GreenFiber
Además del desastre de la explotación forestal de eucaliptos y de los ingentes recursos hídricos que necesita, la industria de celulosa es la segunda consumidora de cloro en todo el mundo y la que más cantidad de organoclorados tóxicos vierte a los cauces hídricos. La planta de GreenFiber requerirá, pues un elevado consumo de agua y de cloro. Dicha agua se cogería limpia del rio Ulla, que desemboca en la ría de Arousa, y se devolvería a esos mismos cauces plagada de contaminantes, repercutiendo nefastamente en su rica fauna marina y en la flora de los terrenos por los que discurren. Si la planta se llega a materializar, todo este deterioro ambiental, a la larga, producirá la erosión del territorio y terminará por destruir la capacidad de producción agrícola y marisquera de la zona.
![](https://www.arquintro.com/wp-content/uploads/2024/12/Rio-Ulla-Altri-arquintro-1024x559.gif)
Los residuos químicos emitidos por la planta de celulosa no solo contaminarán las aguas y los suelos, transportados por medios humanos, mecánicos o naturales hasta donde alcancen; también envenenarán el aire. Como resultado, la salud de las personas se verá seriamente afectada, con un proceso de paulatino de deterioro. Primero aparecerán achaques que podrían parecer circunstanciales (catarros, molestias, malestar, nerviosismo,…), hasta que se conviertan en patologías serias, mientras las gentes del lugar van observando y se van adaptando a la continua desaparición del panorama orográfico, aromático, acústico, áptico… que actualmente les permite llevar una vida “sana”.
Estamos en lo de tantas veces: destrucción de la vida local disfrazada de sarcásticas sutilezas.
Impacto de la macrofábrica de Altri en la arquitectura interior
En la década de los sesenta del siglo pasado, se aceleró una transformación de las condiciones habitacionales, por influencia de la industrialización. Dicho fenómeno se pudo apreciar de manera especial en el paisaje rural y costero. Los entornos agrícolas y pesqueros superaban las condiciones de economía de subsistencia, al tiempo que sufrían la diáspora de gran parte de su población. Las viviendas cabañales quedaban atrás. Aquellas construcciones de larga tradición, a veces con espacios disputados con los animales y casi siempre con compartimentos y equipamientos elementales que servían a modos de vida básicos, ya eran parte del pasado.
Pues bien, si la factoría de GreenFiber llegase a materializarse, haría falta una nueva transformación habitacional comparable a la que acabamos de mencionar: más concretamente, la arquitectura interior en los lugares afectados por el siniestro Proyecto Gama habría de planificarse considerando la proliferación de afecciones de distinto tipo que habrían de sufrir sus habitantes.
Los efectos esperables, de modo general, serían procesos de deficiencia de oxigenación y riego sanguíneo, que podrían tener graves consecuencias en el organismo, de modo más observable en la pérdida de capacidades perceptivas y movilidad, sin descartar patologías de tipo digestivo y cognitivo o de otra naturaleza. Esta situación de deterioro de la salud de los vecinos multiplicaría, a su vez, las demandas de personal de asistencia a la dependencia y de atención auxiliar frecuente o permanente.
![](https://www.arquintro.com/wp-content/uploads/2024/12/articulaciones-Altri-arquintro.com_-1024x870.png)
La destrucción del equilibrio ambiental da lugar a procesos de morbilidad y comorbilidad. Con la contaminación emitida por la macrofábrica de Altri y Greenalia se produciría el deterioro general de la salud de la población, que sufriría las patologías propias de la insalubridad ambiental generada por los componentes químicos de la actividad. Una de estas patologías podría ser la pérdida de movilidad, una consecuencia frecuente del deterioro del sistema motor, que produce limitaciones en el control del movimiento reflejo y voluntario.
Por todo lo mencionado, sería precisa la modificación correspondiente de la arquitectura interior de las viviendas para adaptarlas a la nueva situación, ya que muchas de ellas pasarían a estar habitadas por personas con limitaciones derivadas de una salud deteriorada. Esto supondría que habría que integrar nuevos mobiliarios, accesorios de apoyo e instrumentos específicos para la atención sanitaria y los cuidados de las rutinas diarias, no solo para servir a las necesidades de sus moradores, sino también pensando en las de los cuidadores. Se eclipsaría, por tanto, el panorama de vitalidad que se observa cada día en esta zona al abrir las puertas y ventanas de las casas.
En definitiva, la implantación de GreenFiber daría lugar a un cambio en la planificación habitacional, pasando de viviendas para personas sanas a viviendas para personas enfermas, con todo lo que eso conlleva.